Es obvio que las nuevas tecnologías han cambiado el mundo al completo. Si lo pensamos bien, nos facilitan muchas cosas en la vida, aunque en verdad el uso que les damos es más bien para pasar el rato y para estar enganchados. Es habitual ver a los niños colgados de los teléfonos inteligentes, las tablets… ya sea en la calle en una cafetería, en los carritos cuando sus papás les pasean, y sabemos que eso sigue en casa. No hay una semana que no aparezca una noticia en los telediarios sobre el daño que están causando estos sistemas en nuestros niños, desde problemas físicos, como problemas en los dedos, en la vista, cambio en el sueño… Problemas mentales, adicciones, no saber divertirse sin tener un elemento entre las manos… Problemas de juego, contenido al que no deberían acceder… Todos lo sabemos, pero que le vamos a hacer, si nosotros también estamos enganchados. Además, es darle el móvil y desaparecen las broncas, los quebraderos de cabeza, bienvenido descanso. ¿Qué está ocurriendo?
Todos lo sabemos pero nadie quiere abrir los ojos, al fin y al cabo nuestros niños son la primera generación digital que ha existido, lo que tiene que significar que son mucho más espabilados y listos que nosotros, fíjate como se mueve por Internet y con 10 años, mira como sabe donde están los juegos en mi móvil y no tiene ni 2 años, tiene que ser un genio.
Lo siento, pero no es así, se acaba de publicar un informe en el que nos alertan de este problema, es cierto que los niños saben utilizar un móvil desde muy pequeños y llevan usando Internet desde que saben leer, pero eso no es una gran destreza, ni mucho menos, los teléfonos son muy intuitivos y solo necesitan de un par de movimientos sencillos con el dedo para manejarlo todo, además los iconos son muy bonitos y llamativos para que no nos perdamos. Internet no es meterte a ver que han hecho tus amigos el fin de semana en una red social, ni leer sobre tu artista favorito, o ver vídeos tontos en youtube, es mucho más y eso más es lo que ellos no van a hacer.
Entonces ¿Por qué seguimos haciéndolo?
Es una pregunta sencilla, pero que a la vez es muy complicada de responder. La vida nos supera, no damos más de si, el trabajo, la crisis, los niños, la pareja, el cansancio… Vivimos un siglo frenético, aunque no nos lo parezca, no solo han aumentado de velocidad los medios de transporte, si no que lo hemos hecho todos sin darnos cuenta, el mundo se mueve mucho más rápido que hace un par de décadas. Es la época de la saturación, no sabemos estar sin hacer nada, llegamos a casa y tenemos que encender la televisión solo para sentir el ruido, por que nos hemos acostumbrado, si tenemos 4 horas al día para nosotros y nuestros niños, tenemos que estar ocupados las 4 horas haciendo algo (la tele cuenta, nunca estar sentado solamente pensando en nosotros mismos, no me refiero que queremos, que haríamos si tuviéramos más dinero, que no podemos hacer…)
Por otra parte somos una generación muy egoísta, en el sentido que estamos acostumbrados a vivir muy bien, nuestros padres, vivieron una época de bonanza económica en España y nos consintieron dándonos lo que ellos no habían tenido, nos ofrecen tantas cosas que hacer, viajar, nuevas experiencias que puedes comprar, solo vale ser un triunfador y para ello lo único que tienes que hacer es ganar mucho dinero, eso te garantiza ser una persona de éxito, aunque te pases 20 horas al día trabajando, la gente te envidiará, aunque no vivas. Si te esfuerzas consigues algo y por mala suerte no consigues, serás un fracasado y es algo que hoy en día está muy mal visto, el fracaso hasta hace unas décadas era considerado parte de la vida natural, con las redes sociales, donde todos muestran su “éxito” nos hemos metido en un mundo de escaparate, donde la gente sonríe ante la cámara pero no sabe ni por que lo hace, ya que por muchos dedos arriba que consigan, no va a cambiar nada, su vida va a seguir siendo la misma, bueno con menos tiempo que has desperdiciado para sacar una foto que demuestre lo feliz que eres y el éxito que tienes.
Hace tiempo que nos equivocamos con nuestras prioridades, la natalidad sigue en picada, por muchas razones, las relaciones no son como antes, la inestabilidad económica, el querer llenarnos nuestra vida con los anuncios de la tele o tener la vida del exitoso que vemos en la película que está forrado y cada noche está con una u otra. La carrera profesional es lo más importante, ya que ahora llena más que ser padre, dar vida, educar, enseñar, guiar a alguien en la vida. El dinero es lo primero y cumplir nuestros sueños (los cuales en verdad son los sueños que nos han creado los expertos en marketing que nos bombardean desde que nacimos con cientos de anuncios diarios, diciéndonos como tenemos que vivir y si, les funciona.)
En este artículo no quiero criticar a nadie, ya que se muy bien que la vida es muy difícil y que estamos perdidos y cansados. Y muchas veces no sabemos ni lo que hacemos ni lo que deberíamos hacer, además el día a día es diferente a sentarse delante de un ordenador y plasmar lo que pasa por mi cabeza durante un momento relajado para mi. Estoy segura de que todos y cada uno de los padres, lo único que quiere es lo mejor para su niño y que se esfuerza con todas sus ganas para conseguirlo, por que lo veo todos los días. Lo que si que se, es que todos los cambios comienzan por un análisis de lo que está ocurriendo.
Los móviles, son el método más fácil y cómodo para no discutir con los niños y de tener nuestro propio tiempo, ya sea en casa, con las amigas, en esos días que está insoportable… Se que es muy difícil en muchas ocasiones y más cuando el niño ya se ha metido en un bucle y es él quien te lo pide y si no se lo dejas aun es peor. Paciencia, respira y ve poco a poco, todo en termino medio es bueno, lo malo son los excesos. Se que lo hacéis lo mejor que podéis.