Al igual que los adultos, “los niños necesitan rutina y cuanto antes la inicien mejor”. Cuanto más pequeños son los niños es más difícil para los padres separarse de ellos. Sin embargo, para los pequeños la adaptación es mejor y más rápida, “incluso en los niños que están acostumbrados a dormir al brazo”.
Para que los niños se adapten rápidamente al ritmo de la guardería “mantener una actitud positiva es la regla de oro”. Cuando los padres entregan y recogen a sus hijos deben hacerlo con una gran sonrisa para que el niño perciba bienestar. Además, deben sentir que lo dejamos en manos de personas de nuestra confianza, con las que nos comunicamos en clima de complicidad.
El tiempo de adaptación es muy variable dependiendo del niño y, sobre todo, de la actitud y forma de ser de los padres. “Si son personas abiertas, los niños son su reflejo” y la adaptación puede ser más rápida. Sin embargo, otros niños precisan de semanas o meses para adaptarse. En este caso os recomendamos tener mucha paciencia y adaptaros a los tiempos del pequeño.